La papisa Juana: Un falso escándalo

Durante siglos, entre los muros silenciosos del Vaticano, se susurró un secreto prohibido: el reinado de una mujer oculta bajo las vestiduras del papado. Su nombre, envuelto en sombras y leyendas, fue Juana, la enigmática Papisa.

Los primeros relatos de esta misteriosa figura surgieron en el siglo XIII, aunque aseguraban que los hechos ocurrieron siglos antes, alrededor del año 1099. Según el dominico Jean de Mailly en su Chronica Universalis Mettensis, una joven dotada de una mente brillante y un ingenio extraordinario decidió desafiar al sistema más poderoso de su tiempo: la Iglesia.

Disfrazada de hombre, ascendió en los círculos eclesiásticos hasta convertirse en cardenal y, finalmente, en líder suprema de la cristiandad. Nadie sospechó su secreto... hasta el día en que, en plena procesión, dio a luz ante la mirada atónita del pueblo. Su destino fue tan trágico como su mentira: atada a la cola de un caballo, fue arrastrada por las calles de Roma mientras las piedras sellaban su condena.

Algunos cronistas posteriores afirmaron que su reinado ocurrió hacia el año 850, pero los historiadores modernos descartan la veracidad de esta historia. El Diccionario Oxford de Papas concluye que no existen pruebas contemporáneas que confirmen la existencia de una papisa, y los hechos documentados de la época hacen imposible sostener tal afirmación.

Aun así, el mito perdura. En las criptas del Vaticano, entre los nombres grabados de pontífices y mármoles antiguos, hay un espacio en blanco que muchos aseguran pertenece a ella… a Juana, la papisa que nunca debió existir.

⛪ ¿Leyenda o verdad enterrada? La Papisa Juana sigue siendo uno de los mitos más fascinantes y persistentes del medioevo cristiano.

---

🔎 ¿Sabías que...?

Durante la Edad Media, en las procesiones papales se evitaba pasar por cierta calle de Roma conocida como “Vicolo della Papessa”. Se decía que en ese lugar había dado a luz la Papisa Juana, y el Vaticano habría prohibido ese recorrido durante siglos para borrar toda huella de la vergüenza.